10.31.2014

El Lago

    Era tan natural y a la vez tan simétrico que casi parecía artificial. El lago tenía un fondo plano de piedras pulidas, planas y bien distribuidas, todas en distintos tonos de café claro, daba la sensación que hubiera sido construido. El agua era clara como el aire, con destellos de luz aquí y allá, sólo el movimiento sutil de la superficie delataba su presencia.

    Estaba animando a Marina y Omar a cruzarlo nadando, ya que el lago se extendía kilómetros a cada lado, rodearlo sería una absurda pérdida de tiempo o peor. Marina y Omar se mostraban reticentes, pero accedieron a la lógica y la razón, sería absurdo tratar de rodearlo cuando ni siquiera podíamos ver los extremos de los lados y la orilla al otro lado se veía allá a unos pocos kilómetros. Así pues, decidimos finalmente nadar  el kilómetro y medio desde la orilla hasta el puente que atravesaba el lago al ras de la superficie, al parecer de un extremo a otro, allí tomaríamos un descanso y luego nadaríamos el siguiente tramo para cruzar completamente el puente hasta la otra orilla.

    Saltamos pues al agua, primero Marina, luego su padre Omar, y finalmente yo. Decidí que iría detrás de ellos en caso de que alguno necesitara ayuda.

     El agua del lago era casi etérea, de hecho no se sentía como agua en absoluto, era como aire de una densidad diferente, más fresco, tras zambullirme y ver que Marina y Omar ya habían empezado a nadar a ritmo suave, decidí unirme a ellos, sin embargo bracear no me sirvió de nada. Di una braceada, dos, varias, y no me impulsaba en absoluto, únicamente seguí cayendo lentamente hasta el fondo. Una vez de pie en el fondo decidí caminar tras ellos, como si fuera algo de lo más natural. Podía ver claramente como ellos iban nadando con la cabeza fuera de la superficie, sin mucho esfuerzo. Corrí para alcanzarlos, mis movimientos eran un poco lentos, pero distintos a estar sumergido en cualquier otro cuerpo de agua. No le presté mucha importancia en ese momento, sólo importaba que cruzáramos el lago y eso estábamos haciendo, al parecer cada uno a su manera. Estábamos a medio camino del puente,  ahora podía distinguir que el puente tenía un barandal dorado del  lado por el que nos aproximábamos, tendríamos que subir a él después de haberlo cruzado por debajo. Karina y Omar no se habían percatado aún que sólo ellos iban nadando, supongo que confiaban en que yo los seguía de cerca. Qué sorpresa se iban a llevar cuando me vieran corriendo tras ellos en el fondo del lago. Este pensamiento me causó gracia y no pude evitar reír. Por un segundo me asusté pues estaba en el fondo de un lago y debía contener la respiración pero de inmediato me di cuenta que estaba respirando justo como si estuviera en tierra firme. Seguí riendo pues  y correteando por el fondo del lago, maravillado con la experiencia.
Marina y Omar se sumergieron un poco para cruzar debajo del puente y luego subir del otro lado. Corrí tras ellos y al cruzar el puente di un par de saltos y brazadas para nadar hacia la superficie. Qué tonto, si no puedo nadar. No puedo nadar!. De repente  me  di cuenta que eso era un inconveniente, supuse que podría resolverlo al cruzar el lago, quizá podría trepar por el extremo o subir con ayuda de algo que me arrojara Marina.


     Marina asomó su cara a través de la superficie para buscarme y al verme de pie en el fondo saludándola con la mano se puso blanca de la impresión. Traté de gritarle que me encontraba bien pero de mi boca salió sólo un montón de burbujas que subieron raudas y caóticamente hasta la superficie. Qué curioso. Me quedé pensativo un momento, luego escuché el chapoteo que hizo Marina al saltar en la superficie. Volví la vista hacia arriba y la vi nadar intentando llegar hasta el fondo junto a mí. Marian estaba evidentemente asustada, una brazada, dos, pataleos constantes, tres brazadas, cuatro. Levanté mi mano y casi alcancé la suya. Una quinta brazada. Di un pequeño salto y nos tomamos de la mano. A Marina le quedaba poco aire, con su mano libre braceó y trató de nadar de regreso a la superficie arrastrándome con ella, sin embargo yo era tan pesado como si estuviera en tierra firme, y el que yo nadara no surtía mayor efecto que intentar nadar en el aire. Marina no podría resistir mucho más, así que solté su mano y ella subió como un torpedo y boqueó varias veces para recuperar el aliento al salir del agua. Se sentó en el puente y discutía con su padre algo que bajo el agua no alcancé a escuchar.  Asomó nuevamente su cara desde el puente  y a señas traté de hacerle entender que yo estaba bien y que debíamos continuar hasta el otro lado del lago. En esto estaba cuando de repente comencé a sentir muchísimo sueño, y tras un burbujoso bostezo, mis parpados comenzaron a sentirse pesados y mi cuerpo cada vez más ligero y de movimientos más y más lentos. Traté de mantenerme despierto y vi cómo Marina saltaba nuevamente al agua y nadaba  hacia mí desesperadamente. Mis brazos flotaban inertes a cada lado, me mantenía sin esfuerzo sobre la punta de mis pies. Marina me aferró de un brazo y desesperadamente intentó llevarme nadando a la superficie, subimos un centímetro, dos,  o quizá sólo flotaba cerca de la superficie. Marina me sacudió de los hombros. Yo me sentía muy tranquilo y somnoliento. Entonces lo comprendí, me estaba ahogando. Me ahogaba en un lago de tranquilidad. Me ahogaba en un lago en el que podía respirar, pero no podía nadar ni hablar ni escuchar. Con un esfuerzo sobrehumano Marina nadó y se colocó a mi espalda,  apoyando los pies en el fondo del lago trató de empujarme a la superficie. Lo estaba logrando, iba ya a medio camino. Faltaban solo un par de metro más y entonces mis ojos no pudieron seguir abiertos y todo a mi alrededor fue oscuridad, silencio y tranquilidad.

7.06.2014

El Oso Errante (Fragmento)

Contemplaban el reflejo de las estrellas sobre la superficie del agua, sentados en silencio a la orilla del muelle. El Oso errante comenzó a hacer lo que mejor hacía, maravillarse y preguntarse acerca de todo a su alrededor.

-¿Cómo se forma toda esta niebla?, ¿Viene acaso del mar?

-¿De verdad quieres saberlo? -Le preguntó a su vez el León con una mirada pícara.

-¿Acaso lo sabes? Dímelo –Le pidió el Oso sin poder contener la emoción.

-Verás, cada noche cuando las estrellas bajan a acariciar la superficie del mar, como hoy, su tenue luz produce melódicos sonidos bajo el agua del mar, entonces, por allá, cerca de aquella isla, se reúnen un grupo de sirenas para bailar al ritmo de la música estelar. Por eso el agua se ve más agitada en aquel punto. Y llegado el momento, cuando la melodía de las estrellas toma una cadencia más suave, todas las sirenas se unen en coro, cantando historias fantásticas de milenios anteriores, cuando el mundo estaba cubierto completamente por el mar, y las vibraciones de sus cantos sacuden la superficie del mar provocando pequeños borboteos.

-Pero eso no explica que haya neblina, al menos no aquí en la playa y sobre los valles.

-No he terminado. El espíritu del viento está enamorado de las sirenas, pero no puede llegar hasta ellas ya que nunca suben realmente a la superficie, y el espíritu no puede atravesar las aguas. Así que, en su obsesión, el espíritu del viento trata de tomar lo que puede de aquellas que ama, y por eso rosa la superficie del mar allá donde borbotea con el canto de sirenas y música de estrellas. Jubiloso, el espíritu del viento corre embriagado en alegría extendiéndose hasta las montañas llevando consigo la humedad de la superficie del mar, para presumir su preciada posesión.


Así que esto que ves y sientes, esto que conoces como neblina, es en realidad el espíritu del viento tratando en vano de atrapar canto de sirenas con música de estrellas.

7.02.2014

If Only

Am I in love?. Of course I am, you silly…

I’m so in love with life right now. So much in love and so much because of you

I now realize that  you’re the man I would do so much for, if only…

I would gladly kiss you tender every night untill you fall sleep

And wake you up softly every morning, if only…

I would come up with something new all the time

A flower one day, a nice meal another

An adventurous scape a weekend,  a romantic lovely night another

If only…

There might be a poem or a story waiting for you to discover it

Or maybe I’ll just hold you up tight for a whole day, if only…

I now know that you’re the man that I would make him fall in love with me

                                                                         every single day, if only…

If only you would get me the slightest chance to steal your heart


Just the way you stole mine.

6.14.2014

Fragment taken from "The World Wondering Bear"

The selfish lion then stared at the shiny moon, and suddenly he couldn’t restrained himself and roared a symphony of questions that sprouted from his heart:

“I wonder… I wonder…


If you wouldn’t have known that I was procrastinating my duties, would you have lingered more time?.  How much time?


What would have been needed  for you to stay for good?. What would have been needed to snatch from your lips a promise of coming back at the end of your journey?


Can you, sweet silver lady, deliver these questions to a world wondering bear?”.

5.02.2014

Messages From Beyond

Sometimes deads wish to crawl back to the surface
for they ache the lack of joy in their graves

But sometimes they  try to dig even deeper
in fear of the suffering the living are capable of.


10 Abril 2014 -

2.28.2014

Techo de alacranes, piso de tarántulas

La veía casi cada noche. Nadie me decía que no debía verla, aunque a nadie le decía que la veía, sospechaba que no era algo común, aunque no creía que fuera algo malo, así que simplemente la veía, cada noche, desde que tengo memoria. Se paseaba por el patio de la casa.

El patio de mi casa era muy grande, no por ello lujoso. Había varios árboles frutales: guayabos, limoneros, ciruelos y árboles de mango. La casa en sí era más chica que el patio, paredes de lámina y suelo  irregular. Me gustaba decir medio en broma que mi casa tenía techo de alacranes y piso de tarántulas, medio en broma, medio enserio. Pero de ella… de ella no hablaba.

Como decía, desde los primeros momentos que tengo de conciencia nítida, estaba siempre ella. Siempre en la luz crepuscular y en la luz espectral de la luna. Cuando tenía 5 años de edad ya era común para mi salir al patio y ver a una pequeña figura deambular ágilmente por el patio, un aspecto etéreo apareciendo y ocultándose entre los árboles. Me fascinaba el hecho de que una  pequeña niña correteara de forma tan despreocupada  en un patio sin hacer el menor ruido,  más aún que pudiera desaparecer de mi vista en un instante.

A nadie le contaba al respecto, nunca supe si los demás podían verla o no, y nunca sentí miedo, al menos no hasta que ella me vio a mí.

Una vez veía televisión recostado en la cama de la habitación. Estaba oscureciendo y no tenía encendida ninguna luz, no la necesitaba. Estaba aburrido del programa y cuando iba a levantarme para apagar el aparato, volteé hacia los pies de la cama y me doy cuenta que desde el límite del colchón comienza a levantarse un extraño humo de coloración azul blanquecino, curioso que no emitirá ningún olor, curioso que no hubiera algún fulgor por alguna llama que produjera el humo. Me quedé un minuto observando y me sorprendí al ver que el humo se empieza a compactar en un punto hasta formar la figura de la cara, cabello y cuello de una niña asomándose desde el límite de la cama. Me sorprendí más ya que hasta ese día jamás había visto a la niña en otro lugar además del patio. Sacudí mi cabeza para salir de la impresión y al abrir de nuevo los ojos no vi ya nada. En ese instante me sentí decepcionado y me dejé caer de nuevo sobre las almohadas, pensativo. Tras unos minutos,  empecé a sentir un leve escalofrío, volteé  y de nuevo vi surgir la figura de la misteriosa niña asomada sobre el límite de la cama. Recogí mis piernas para sentarme y prestar atención, miré fijamente, atento a qué iba a suceder después, respirando agitado por la emoción. La niña etérea comenzó entonces a trepar por la cama de manera pausada y presentar peso alguno sobre el colchón, en ese momento era detalles que me pasó desapercibido. Me quedé muy quieto en espera de lo que seguiría. Se acercó mucho a mí y cuando estuvo muy cerca, extendió muy lentamente su mano, la fue acercando de manera tan lenta que parece inmóvil, se acercó casi imperceptiblemente hasta que por fin y tan repentino como lento fue su movimiento apresó mi hombro con su mano. En ese instante  me recorrió un frio espectral, casi hiriente y salté a la vez que emití un grito de susto que terminó por hacer desaparecer a la niña etérea.

De pie sobre la cama y tratando de controlar mi respiración, tomé valor me acerqué a la orilla de la cama, me incliné y superando el miedo que me acusaba, fui bajando lentamente la cabeza para asomarme debajo de la cama, si fue por valor o tontería no lo sé. Eché un vistazo sin saber qué esperar en realidad y lo que vi me llenó de un miedo incompresible. Debajo de mi cama se encontraba ovillada el espectro de una pequeña niña, y lo que me infundió temor fue darme cuenta por primera vez que la expresión de esa pequeña entidad era de miedo puro, no sé cómo pero supe que era porque sabía que yo podía verla, y arrinconada y con miedo, aprovechando quizá mi impresión, se abalanzó de repente sobre mí, atravesó mi rostro o así lo sentí y en ese instante mi pecho de llenó de un frio cortante que me obligó a gritar de pánico y tan rápido como sucedió desapareció toda visión y sensación, pero permaneció el recuerdo, el recuerdo y el miedo arraigado en mi pecho y una marca oscura en mi hombro derecho.


Desde esa noche jamás volví a verla, pero me asaltan visiones de todo tipo que atormentan mi espíritu, pues no puedo verla no porque no esté, no puedo verla como no puedo ver dentro de mis ojos o detrás de mi cabeza, pero sé que está ahí, la siento en cada respiro, me hace sentir su miedo, miedo arrastrado a la muerte desde el límite de su vida, pero de eso no me atrevo a hablar en este momento.